Discurso del delegado del Gobierno, Antón Louro, en la festividad de la Guardia Civil

11/10/2010

Quiero comenzar mis palabras dando la bienvenida a las autoridades que hoy asisten a este acto en el que celebramos, anticipadamente, la festividad de la Virgen del Pilar, patrona de la Guardia Civil.
Igualmente quiero saludar con afecto a todos los que acompañan a la Guardia Civil en este día de fiesta, ya que con su presencia dan realce a este acto. Acto, que, tras las celebraciones del año pasado, recupera su carácter familiar y entrañable para todos los componentes del cuerpo.
Hoy lo que toca, lo que es de rigor, es dirigirme a los componentes de la familia de la Guardia Civil, a los que estáis aquí y a los que se despliegan por todo el territorio gallego. Más de 5.000 efectivos, hombres y mujeres, que habéis jurado lealtad a España, a la Constitución y a la Bandera, y que hacéis de ese juramento el pilar de vuestra vida diaria, más allá del deber.
En este día de fiesta para vosotros, no puedo menos que congratularme de poder trabajar mano a mano con todos los integrantes de la Guardia Civil en Galicia. En este año y medio que llevo ocupando el puesto de delegado del Gobierno, me habéis demostrado vuestro compromiso, vuestra capacidad de respuesta y vuestra profesionalidad en muchos aspectos, más allá de la lucha contra la delincuencia.
Hoy quiero reivindicar que el Gobierno que represento en Galicia, en sintonía con los ciudadanos, apoya y respalda esa labor insustituible de la Guardia Civil. Nos sentimos profundamente orgullosos de la Guardia Civil, de cada uno de sus hombres y mujeres, y ello se refleja periódicamente en la opinión pública y en las instituciones.
Porque vosotros, día a día, dais muestras de vuestra vocación de servicio y de la generosidad que os caracteriza, desde la aldea más pequeña hasta los escenarios más trágicos de países extranjeros.

Desde el año 2004 estamos asistiendo a una renovación del Instituto Armado, que pretende modernizar a la Guardia Civil y mejorar sus condiciones laborales, poner a su disposición medios e infraestructuras y procurarles una buena formación y una eficaz promoción.
Fruto de este trabajo, quiero señalar que hoy la Guardia Civil en Galicia dispone de 5.159 efectivos, un 18,5% más que en el 2004. Efectivos que disponen de mejores instalaciones para su atención al ciudadano y su residencia. En este último año, hemos acondicionado 22 cuarteles y hemos construido cinco nuevos, que pronto entrarán en funcionamiento.
Porque, a pesar de las restricciones económicas, vamos a seguir trabajando para mantener los niveles de seguridad ciudadana que demandan los ciudadanos de Galicia y que constituyen uno de sus derechos fundamentales.
Y siempre conjugando este derecho con la mejora de las condiciones laborales de la Guardia Civil, que han protagonizado importantes modificaciones normativas en estos últimos años. La última ha sido la reciente aprobación de la nueva orden sobre Jornada Laboral y Horarios y a ella se unirá la próxima Orden sobre clasificación de destinos y comisiones de servicio, que permitirá mejorar la promoción laboral dentro del Instituto. Nuestra intención es seguir mejorando en el aspecto laboral de los funcionarios de la Guardia Civil.
No quiero extenderme con estas explicaciones, porque hoy, por encima de todo, es un día de agradecimiento y recuerdo. Y es que, al igual que hemos celebrado vuestros éxitos, hemos intentado estar a vuestro lado en los momentos de dolor.
Este año, particularmente, por el fallecimiento del agente Miguel Jorge Piñeiro Lorenzo, de la comandancia de Pontevedra, mientras repelía un atraco en A Cañiza. Un acontecimiento luctuoso en el que su compañero Alfonso José Riveiro Cabaleiro, resultó herido mientras conseguía detener a uno de los atracadores. A ellos dos les dedicamos hoy un sentido homenaje.
Junto a esta pérdida, también recibimos como un golpe el atentado terrorista sufrido por el contingente de la Guardia Civil destinado en Afganistán. Ese atentado segó la vida del capitán José María Galera, del Alférez de origen gallego Leoncio Bravo y del intérprete Ataolah Taefik pero no minó nuestra voluntad de seguir cumpliendo con el mandato de Naciones Unidas. De hecho, en estos momentos hay más de 400 guardias civiles desplegados en 34 países, incluido Afganistán, formando parte de operaciones de gestión de crisis en el exterior.
Hoy, todos estos hombres y mujeres están compartiendo la misma festividad que vosotros, asumiendo un riesgo inherente al uniforme que lleváis.
Llegados a este punto, quiero felicitar a todos los condecorados en este acto agradeciéndoles su dedicación al servicio. Este año, 39 condecoraciones repartidas entre Cruces de la Orden del Mérito de la Guardia Civil y Cruces del Mérito Militar. De todas ellas, cinco se han concedido a personal e instituciones ajenas a la Guardia Civil.
Todos los destinatarios de estas menciones se han ganado ese derecho con su silencioso y anónimo trabajo y sacrificio diario.
Y al hablar de sacrificio, no puedo dejar de referirme a las familias de los guardias civiles, muchas de las cuales nos acompañan hoy aquí. A las esposas, padres e hijos, que son los verdaderos afectados por vuestro trabajo. Una buena parte de esas condecoraciones que hoy lucís con orgullo en el pecho, se las debéis a ellos.
Reitero mi agradecimiento personal y el de los guardias civiles a todos ustedes: autoridades, familiares y amigos, por su presencia en este día de fiesta.