Presentacion
Manuel Azaña es una de las figuras más relevantes de la historia contemporánea de España, tan admirada como vilipendiada. Fue uno de los defensores de la causa aliada durante la Gran Guerra. Tuvo un papel destacado en el Ateneo de Madrid, del que fue Secretario y Presidente. Colaboró en diferentes periódicos, dirigió la revista España y fundó La Pluma. Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1926 por un trabajo sobre Juan Valera y fue un notable traductor del inglés y del francés.
En su dimensión política, Azaña es uno de los principales promotores de la llegada de la República en abril de 1931. Los grandes debates del periodo cuentan con su destacada, y a veces controvertida, intervención: el Estatuto de Cataluña, la Reforma Agraria, la cuestión religiosa o el voto de la mujer. No en vano, se identificó a la República con Azaña y a Azaña con la República y se le culpó del desenlace de la Guerra Civil, cuando no de su mismo comienzo.
No es extraño, por tanto, que periódicamente su figura vuelva a salir a la luz. En esta ocasión lo hace con motivo del 80 aniversario de su fallecimiento en el exilio y, por primera vez en la historia reciente de España, la iniciativa de conmemorar este aniversario se ha revestido de carácter oficial, como parte del reconocimiento a quien desempeñara en su momento la jefatura del Estado.
El Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, a través de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática y con la colaboración de Acción Cultural Española, ha organizado un amplio programa de actividades para rendir homenaje al insigne intelectual y político. El eje central de este programa es la exposición Azaña, intelectual y estadista, a los 80 años de su muerte en el exilio, que se celebra en la Biblioteca Nacional.
La Exposición pretende proporcionar una imagen completa de Manuel Azaña, en su triple dimensión: humana, intelectual y política, subrayando, además de su labor como ministro, Jefe del Gobierno y presidente de la República, su condición de intelectual de prestigio, así como las duras condiciones de su exilio, que concluyó con su fallecimiento en la ciudad francesa de Montauban, donde su recuerdo sigue presente ochenta años después.
Siguiendo una secuencia cronológica que permite entender su trayectoria en diferentes periodos: su infancia y juventud en Alcalá, su posterior desarrollo en Madrid, la exposición se adentra en tres etapas cruciales de la historia de España: la Segunda República, la Guerra Civil y el Exilio. En la muestra se exhibirán unas doscientas obras procedentes tanto de la BNE como de otras instituciones españolas y extranjeras. Para esta conmemoración se han rescatado fotografías y vídeos, muy poco conocidos, que permiten acercarse no sólo a la figura y a la obra de Azaña, sino también a la memoria de su tiempo.
Esta muestra es el resultado del trabajo de un amplio equipo de expertos de diferentes ámbitos que han trabajado con gran dedicación y rigor para que este homenaje a Azaña tomara forma. En este sentido, hay que destacar el trabajo realizado por los comisarios de la exposición, Ángeles Egido y Jesús Cañete.
Queremos, además, dejar constancia de nuestro agradecimiento a todas las personas, instituciones, archivos y centros de documentación que han prestado una inestimable y generosa colaboración, así como a todos los autores que han colaborado en el Catálogo. Debemos, además, hacer extensible este agradecimiento a las instituciones que han abierto sus puertas y se han implicado en la celebración de actividades que se desarrollan en el marco de esta conmemoración. Sin todas ellas no habría sido posible llevar a buen puerto esta empresa colectiva cuyo principal objetivo no es otro que poner de relieve el legado de Manuel Azaña, tan necesario y valioso todavía, en tiempos convulsos.