Introducción
Tanto el Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL) como el Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local (FEESL) forman parte de la estrategia de crecimiento orientada al inicio de la crisis económica desde la Unión Europea, para dinamizar y sostener la actividad económica.
El Fondo Estatal de Inversión Local (FEIL), aprobado a finales del año 2008, y su extensión política hasta 2010 con la aprobación del Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local (FEESL) han supuesto el mayor esfuerzo inversor del Estado en los Entes Locales de la historia democrática de nuestro país.
8.000 millones de euros de dotación para el primero y 5.000 para el segundo, que equivalen a un 0,8 % y un 0,5 % del Producto Interior Bruto de España en 2009 y 2010 respectivamente. Con ellos se habrán realizado a lo largo de su período de aplicación casi setecientos mil contratos de trabajo, más de cuatrocientos veintiséis mil con el FEIL y más de doscientos cincuenta mil con el FEESL.
El FEIL se inscribe en el Plan Español para el estímulo de la Economía y el Empleo – Plan E – y el FEESL dentro de la Estrategia del Gobierno para avanzar hacia una economía más sostenible, y forman parte de la estrategia de crecimiento orientada al inicio de la crisis económica desde la Unión Europea, para dinamizar y sostener la actividad económica.
8.000 millones de euros de dotación para el primero y 5.000 para el segundo, que equivalen a un 0,8 % y un 0,5 % del Producto Interior Bruto de España en 2009 y 2010 respectivamente.
Es importante señalar estos aspectos en la situación actual porque estas actuaciones han contribuido a contener la caída de la actividad y el empleo, singularmente en el sector de la construcción, el más afectado por la crisis, como consecuencia del fuerte impacto en el sector inmobiliario en España y porque se apostó porque se desarrollasen a través de los ayuntamientos, reforzando el municipalismo, la actuación política frente a la crisis desde el ámbito más cercano a la ciudadanía.
Iniciamos esta publicación hablando de los dos Fondos, pese a que su objeto concreto será el FEIL, porque ambos forman parte de la misma política y porque ambos también, desde distintos proyectos y propuestas municipales, como marcan las respectivas normativas, de FEIL y FEESL, han servido para que algunos ayuntamientos puedan llevar a cabo actuaciones de carácter mucho más global, combinando las distintas posibilidades de ambos fondos.
Ciñéndonos al objeto de esta publicación, el FEIL, debemos señalar sus muchos logros, no exentos de controversia como sucede en casi todas las actuaciones políticas en España, desde hace tiempo, pero desde el punto de vista objetivo:
El FEIL ha contribuido a que la caída de la actividad en el año 2009, el que con mayor intensidad se ha sufrido la crisis, haya sido inferior.
El FEIL ha permitido a los más de 8.000 municipios y mancomunidades españolas, abordar inversiones que sin él y dada su actual situación económica, habrían sido imposibles. Más de la mitad de la inversión municipal de 2009 en España se ha financiado con fondos del Estado.
A través de las obras del FEIL se han realizado más de 425 mil contratos, que han permitido mantener una parte del empleo, que de otra forma habría caído y, además, con mayor impacto en las zonas más deprimidas.
Como consecuencia de lo anterior, también han sido más de 14.000 empresas las que han participado y mantenido una parte importante de su actividad mediante contratos consecuencia de las obras del FEIL.
En los municipios más pequeños y en muchos de los que generan menos riqueza, sin el FEIL no se hubiese hecho probablemente ninguna inversión ese año.
Sin que este fuese el objetivo fundamental, una parte de los recursos invertidos en el FEIL se han recuperado por el Estado en forma de cotizaciones sociales por los contratos de trabajo efectuados y de impuestos, fundamentalmente sobre valor añadido, por las facturaciones realizadas.
La tipología de las inversiones realizadas y financiadas con cargo al FEIL ha sido de lo más variada. Desde urbanización hasta mejora de servicios esenciales como el suministro o depuración de aguas, desde la rehabilitación y conservación de patrimonio histórico a la construcción de residencias y centros de día para mayores, desde la reforma o mejora de polígonos industriales o tecnológicos a el mantenimiento y mejora de colegios públicos, desde la construcción y mejora de nuevas instalaciones deportivas, a la adecuación de espacios para ciclistas, la creación y mejora de zonas verdes, la construcción de escuelas infantiles o de centros para atención a personas dependientes.
La urgencia con que se puso en pie esta iniciativa, la naturaleza, tiempo de tramitación y ejecución de algunas de sus actuaciones han obligado a ampliar los períodos previstos en algunos casos hasta el 31 de diciembre de 2010, de manera que durante este año se habrán solapado los efectos de lo pendiente de ejecutar del FEIL con lo ejecutable del FEESL. Pero los parámetros de gestión, como otro de los elementos a valorar para medir el éxito de la iniciativa, nos señalan que:
Con los datos cerrados a 30 de septiembre de 2010 se han liquidado el 97 % de los proyectos y trasferido el 96 % de los recursos presupuestados, lo que permite prever que a finales del año se alcanzará el 100 % en ambos casos, con relación a los solicitados y aprobados.
De los 8.112 municipios existentes en España, 8.108 presentaron proyectos y solicitaron fondos y se aprobaron proyectos para 8.105, un total de casi 30.700 proyectos y 7.988 millones de euros de dotación de fondos. La mayoría de las solicitudes denegadas se debieron a que los proyectos no se correspondían con la naturaleza de las actuaciones previstas en el decreto.
Es decir que el índice de eficacia en la gestión supera el 99,9 % del conjunto de las iniciativas tramitadas.
Con la presente publicación pretendemos aproximarnos al máximo posible, al análisis objetivo –cuantitativo y cualitativo– de los efectos y funcionamiento del FEIL. De un lado, a través del balance de sus cifras globales, incluyendo su impacto territorial en los distintos ayuntamientos, según su tipología y en función de la naturaleza de sus distintas actuaciones. De otro, con una observación más en detalle para los municipios de más de 100 mil habitantes, que permita ver lo que ha supuesto el FEIL en comparación con la actividad inversora financiada con sus propios presupuestos, así como algunas de sus actuaciones más singulares que han contado con estos fondos del Estado y que muestran su utilidad y eficacia.
Millones de personas contemplaron la celebración, en la Ribera del Manzanares de Madrid, de la victoria española en el campeonato mundial de futbol, pero probablemente no sabían que la mayor parte de las obras de urbanización y embellecimiento de la zona, tras el soterramiento de la M-30, se han financiado con fondos FEIL. Miles de usuarios del Hospital de Sant Pau de Barcelona, pasan cada día por delante de fachadas rehabilitadas con estos fondos. Aficionados del Sporting van cada domingo al estadio municipal de El Molinón, cuya adaptación tras el ascenso del equipo a primera división también se han financiado con fondos FEIL. Centenares de miles de niños andaluces, aragoneses, catalanes o castellanos van cada día, también, a colegios reformados o mejorados con fondos del FEIL. Personas mayores de Murcia. Extremadura, Galicia, Cantabria o el País Vasco acuden periódicamente a centros construidos o reformados también con ellos o muchas familias navarras, riojanas o de la Comunidad Valenciana van los fines de semana a zonas verdes y utilizan diariamente escuelas infantiles que han sido posibles también gracias al FEIL.
Esta extensión y complejidad, dentro de unos objetivos y unas políticas definidas, tanto desde lo general de país como de lo concreto en cada ciudad o localidad es lo que añade aún más valor al FEIL como experiencia práctica.