Algunas conclusiones
De todo lo señalado anteriormente se deduce el valor del FEIL:
Como aportación a la actividad económica y el empleo en el territorio y contribución para atenuar los efectos de la crisis.
Como factor de redistribución al impactar en mayor medida en la actividad y el empleo de aquellos territorios con menor nivel de riqueza.
Como aportación a la mejora de la situación financiera de algunos ayuntamientos a través de la cobertura de inversiones, permitiendo liberar fondos para otros destinos.
Como contribución a la inversión municipal, permitiendo abordar proyectos y actuaciones que sin él no habrían sido posibles.
Como contribución a la mejora del patrimonio y las condiciones de vida en las ciudades y de sus ciudadanos y ciudadanas a través de inversiones que satisfarán sus necesidades durante años.
Como apuesta, en suma, por el municipalismo y la acción más cercana de los ayuntamientos, como herramientas para hacer política frente a la crisis.