La Delegación del Gobierno en Galicia celebra los actos centrales del 30º Aniversario de la Constitución Española

Fotografia de Conchi Paz

05/12/2008

La Delegación del Gobierno en Galicia acogió esta mañana los actos centrales del 30º Aniversario de la Constitución Española. La conmemoración estuvo presidida por el presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño, al que acompañó en los discursos oficiales el delegado del Gobierno en Galicia, Manuel Ameijeiras.

Los actos contaron con la asistencia de un centenar de asistentes, entre los que se encontraban la presidenta del Parlamento de Galicia, Dolores Villarino; el alcalde de A Coruña, Javier Losada; el general Jefe de la Fuerza Logística Operativa, Jesús Guerrero, los subdelegados del Gobierno y los conselleiros de Economía e Facenda, Educación e Ordenación Universitaria e Sanidade.

También asistieron otros representantes políticos, sociales y militares como el Valedor do Pobo, presidente do Consello da Cultura Galega, presidente de la Diputación de A Coruña, diputados autonómicos y nacionales por Galicia, senadores por Galicia, jefe superior de Policía de Galicia, general de la 15 Zona de la Guardia Civil, presidente y fiscal jefe del TSXG, entre otros.

 
DISCURSO DEL DELEGADO DEL GOBIERNO
Celebramos los treinta años de vigencia de nuestra Constitución, que han sido también treinta años de crecimiento de nuestro país: crecimiento en bienestar; crecimiento en derechos y libertades, y crecimiento de una sociedad más justa y solidaria, que está hoy en plenas condiciones de asumir los retos propios de una sociedad madura y democrática, integrada en Europa.

Celebramos, pues, treinta años de éxito colectivo. Un éxito: que encuentra sus raíces en el texto constitucional, que supo encontrar un marco de valores y derechos en el que pueden reconocerse todos los ciudadanos; que supo también prever objetivos ilusionantes, y en cuyo alcance seguimos hoy todos comprometidos.

Nuestra Constitución, la de todos, llega a su madurez con el objetivo cumplido: el de servir de soporte a los mejores y más prósperos años de nuestra historia. Es por ello que sigue siendo un texto analizado, tomado como ejemplo en otras partes del mundo porque, a pesar de su edad, sigue estando vigente y asumido por la ciudadanía.

Así lo manifiestan los españoles. En el último barómetro del CIS, más de la mitad de los ciudadanos se declaran satisfechos con la Constitución y dan pleno respaldo al sistema democrático de nuestro país.

Pero la Constitución debe afrontar ahora una etapa de maduración. En sus treinta años de historia, apenas ha sufrido ninguna modificación en su articulado y la situación actual de España es muy distinta a la que vislumbró su nacimiento. Así nos lo demanda también la sociedad. En este barómetro que he apuntado anteriormente, más de la mitad de la ciudadanía opina que la constitución debería reformarse en algunos puntos, sobre todo para adaptarse al nuevo marco de la política nacional y europea. Modificaciones que, como ha señalado el presidente Zapatero en más de una ocasión, deben llevarse a cabo en el clima de consenso unánime que marcó la redacción inicial de 1978.

En todo caso, hoy es un día más de celebración que de reflexión crítica y por ello toca recordar los motivos por los que conmemoramos la Carta Magna. Porque gracias a ella España ha consolidado un Estado de Derecho, una democracia constitucional y un sistema de derechos fundamentales para todos los ciudadanos.

Un recordatorio que debemos tener muy presente cuando hace 48 horas nuestra Constitución ha sufrido un ataque directo, con el asesinato del empresario Ignacio Uría a manos de la organización terrorista ETA. Por ello, especialmente hoy, os pido que tengamos en nuestra memoria a los cuatro fallecidos este año por el terrorismo y que sus familias y amigos reciban nuestro mayor afecto y solidaridad ante la barbarie de los que nunca serán parte de esta ciudadanía.

Neste intre, debemos máis que nunca manter viva a idea de encontro en torno á nosa Constitución que é o facho que nos ilumina como sociedade democrática de cidadáns que crecen nun espacio de liberdade, igualdade e benestar.

Reclamo, pois, ese dereito fundamental ante a incomprensible actitude dos terroristas e ante aqueles que os alentan e apoian. Non nos arredan. Somos máis os cidadáns democráticos que amamos a liberdade e a convivencia e que loitamos co convencemento da nosa verdade.

Donas e señores. Para Galicia, a Constitución que hoxe conmemoramos supuxo as bases sobre as que creceu o Estatuto da nosa autonomía. A norma que nos avala como comunidade histórica e que define o noso marco competencial. Gracias á Constitución, en Galicia e no resto das comunidades xeneralizouse e interiorizouse en tódolos cidadáns o sentimento de identificación coa autonomía, como valor ideolóxico consolidado.

Gracias á Carta Magna, os galegos poidemos crecer como autonomía de pleno dereito, deixando de lado a condición de pobo periférico que madurara alentada pola dictadura.

Esta autonomía que naceu na redacción constitucional do 78 foi o gran motor da dinamización territorial de España nos últimos trinta anos.

E soubo facelo sen contrapoñerse ó sentimento común de pertenza a unha identidade nacional que nos fornece a tódolos cidadáns.

Quero aproveitar este momento para lembrar a gran defensa dos dereitos sociais que fai a Constitución do 78. E quero facelo porque é de recibo, na conxuntura histórica na que nos atopamos.

Nun momento de crise económica, os Estados senten moitas veces a tentación de facer de menos ós dereitos individuais fronte ó ben social. Ante este perigo, cómpre que os gobernantes botemos man dos marcos regulamentarios que nos defenden como cidadáns de dereito. Estos dereitos son os que ten en mente o Goberno á hora de deseñar un Plan de Continxencia Económico que precisamente apoia os dereitos individuais, tanto laborais como sociais, nos momentos críticos da economía.

En etapas como a que agora estamos a pasar, cómpre deterse un intre nas persoas e non nos balances contables. Isto é o que move as decisións do Goberno para cos seus cidadáns, e o que nos move ós representantes do mesmo nas nosas actuacións.

Nestes trinta anos, os españois soubemos vivir xuntos, libres, e progresar garantindo e facendo crecer os nosos dereitos. Somos un exemplo para o resto do mundo e por iso, estou convencido de que España e Galicia mirará hacia diante cun rumbo positivo e que os gobernantes e políticos saberemos estar á altura das circuntancias. Que saberemos axudalos neste camiño co consenso e a unidade que nos reclaman tódolos cidadáns.