EL DELEGADO DEL GOBIERNO EN LA RIOJA HA IMPUESTO ESTA MAÑANA LAS DISTINCIONES DE LA ORDEN DE ISABEL LA CATÓLICA Y DEL MÉRITO CIVIL, Y LA MEDALLA AL MÉRITO DE LA SEGURIDAD VIAL

Bretón y el resto de autoridades junto con los conmemorados en el día de la Constitución.

06/12/2013

Alberto Bretón ha hecho entrega de siete condecoraciones a personal dependiente de las Administraciones Públicas, en este caso, del Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil y Fuerzas Armadas, por su entrega, iniciativas, constancia ejemplar y trabajos extraordinarios.


El Delegado del Gobierno en La Rioja, Alberto Bretón, ha impuesto esta mañana las Condecoraciones de la Orden de Isabel la Católica, la Orden del Mérito Civil y la Medalla al Mérito de la Seguridad Vial, otorgadas por el Rey y por el Gobierno de España, a la labor profesional ejercida por miembros de la Administración Pública que han prestado sus servicios al Estado de forma relevante, con trabajos extraordinarios, provechosas iniciativas o constancia ejemplar en el cumplimiento de sus deberes.

En total se ha hecho entrega de siete distinciones: dos Encomiendas de la Orden de Isabel la Católica y una Cruz de Oficial de la Orden de Isabel la Católica; una Encomienda de la Orden del Mérito Civil y dos Cruces de esta misma orden; y por último, una Medalla al Mérito de la Seguridad Vial.
 

Tras la entrega de las condecoraciones, el Delegado del Gobierno en La Rioja, Alberto Bretón, ha destacado la profesionalidad, responsabilidad, vocación de servicio público y compromiso con los valores constitucionales de los condecorados. “Un ejemplo del valor de lo público”, ha proseguido el representante nacional, “porque sólo una Administración Pública eficiente garantiza la plena igualdad de los ciudadanos y el ejercicio de nuestros derechos y libertades”.

Precisamente, con motivo del 35º Aniversario de la Carta Magna Española, Bretón ha destacado la importancia de este texto “resultado de un esfuerzo colectivo que integra la identidad de nuestro país bajo la unidad, la pluralidad y la diversidad. Basta remontarnos a cómo era España hace treinta y cinco años. En un tiempo récord y con una transición modélica, este país pasó de ser una dictadura a una democracia; a reconocer el esquema de derechos fundamentales y de libertades públicas más amplio de aquel momento, que sirvió además de modelo a otras muchas Constituciones; a organizar territorialmente un Estado; y a garantizar un nivel de progreso y bienestar que era inédito en España”.