·En La Rioja, se le ha imputado a una persona el delito de tráfico de armas.
·En total, se han practicado 5 registros en dos armerías y en tres domicilios.
La Guardia Civil ha detenido a cuatro personas e imputado a una quinta, en el transcurso de la denominada “Operación Hierros”, contra el tráfico ilegal de armas, desarrollada en los últimos días en las provincias de Barcelona, Castellón y La Rioja. Durante la misma, la Guardia Civil también ha intervenido un total de 78 armas de fuego inutilizadas y diversa maquinaria útil para la reconstrucción de las mismas como armas operativas.
La operación se inició como consecuencia de las investigaciones centradas en un grupo de personas de las que se sospechaba podrían estarse dedicando a la obtención de armas inutilizadas, para restaurarlas con la maquinaria idónea a su antiguo estado operativo. Una vez que las armas habían sido reconstruidas permitiendo efectuar fuego real, eran comercializadas de forma ilegal y vendidas en el mercado negro a delincuentes.
En La Rioja, se le ha imputado a una persona el delito de tráfico de armas; otras dos personas, responsables de una armería, han sido detenidas en Barcelona; mientras que en Castellón se han registrado tres domicilios y se ha desmantelado un taller, en el que se reparaban y reconstruían las armas y se volvían a retornar a su estado original. En ese taller han sido intervenidos diversos efectos para la reparación de las armas, tales como un torno/fresadora, un equipo de soldadura eléctrica, brocas, barras y tubos de acero de diferentes calibres para fabricar cañones y una pistola detonadora
Según las investigaciones, los responsables de la armería de Barcelona detenidos por la Guardia Civil adquirían legalmente armas cortas modernas en el mercado legal, las cuales inutilizaban también de forma reglamentaria, para darlas de baja como tales. Una vez fuera de servicio y con su correspondiente certificado de inutilización, eran vendidas a las dos personas detenidas en Castellón que las modificaban nuevamente para retornarlas a su estado operativo, con lo cual pasaban a ser nuevamente armas de fuego, sirviéndose para ello de la maquinaria incautada por la Guardia Civil. Una vez finalizado este proceso, las armas de fuego, ya ilegales, pasaban a ser vendidas en el mercado negro.
