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Discurso de toma de posesión de José Luis Arasti como delegado del Gobierno en Navarra
22/06/2018
Presidenta del Parlamento de Navarra.
Consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales.
Alcalde de Pamplona.
Autoridades civiles, militares y académicas.
Delegada saliente.
Personal de la Delegación del Gobierno.
Familiares, compañeros y amigos.
Medios de comunicación.
Buenos días.
En primer lugar, gracias a todas y a todos por acompañarme hoy en este acto en el que accedo al cargo de delegado del Gobierno de España en Navarra.
Un cargo al que llego con ilusión, con ganas, con humildad, y con una enorme responsabilidad. Desde ya, el equipo que me acompaña y yo mismo vamos a trabajar con total dedicación para trasladar y representar las políticas del ejecutivo de Pedro Sánchez. Es para mí todo un reto; un desafío apasionante que afronto con ideas, proyectos, y con la firme convicción de que podemos ser unos buenos embajadores del trabajo de nuestro presidente en Madrid; y de que podemos tender puentes con el Gobierno foral y posibilitar una comunicación fluida y bidireccional que redunde en beneficio de todos los navarros y navarras.
Es un orgullo ser la voz de ese nuevo gobierno en mi tierra. Y, por eso, desde aquí quiero agradecer al Consejo de Ministras y Ministros la confianza que ha depositado en mí. A mis compañeras y compañeros del Partido Socialista en Navarra y también a la dirección federal por plantearme este nuevo desafío. Espero estar a la altura. Y desde aquí reitero mi compromiso para trabajar con ahínco y esfuerzo, y para escuchar a quienes me rodean en esta nueva experiencia. Aprovecho para agradecer el trabajo que realiza todo el personal al servicio de la Administración del Estado en Navarra y de esta casa. Son quienes mejor conocen la institución y sé que su ayuda va a ser fundamental en esta nueva etapa.
Por supuesto, me pongo al servicio de la ciudadanía, porque ellos y ellas deben ser quienes guíen nuestra acción diaria. Soy un firme convencido de la importancia de la participación y desde aquí apelo a los navarros y navarras a que vean en la Administración del Estado una pieza institucional más a su servicio y nos trasladen sus consideraciones.
Les decía antes que afronto el cargo con ilusión y con mucho respeto. Y lo hago porque estoy convencido de que hemos abierto un tiempo nuevo y esperanzador para este país. La llegada de Pedro Sánchez al gobierno de España ha puesto fin a una etapa de sombras que se ha saldado con el descrédito de las instituciones y de quienes nos dedicamos a la política. Nuestra obligación es revertir esa situación. Nuestro objetivo no es otro que servir al bien común, mejorar la vida de las personas y recuperar la dignidad de las instituciones y de quienes las integran.
Abrimos una nueva etapa, con un presidente solvente y con unos ministros altamente capacitados, comprometidos con este país, con su necesaria regeneración y con unas políticas más sociales, modernas e innovadoras.
Me sumo a ese proyecto y a ese compromiso. En estos pocos días de gobierno ya hemos visto gestos, señales, y nuevos aires que constituyen toda una declaración de intenciones, y que nos hacen ser optimistas y alimentan la esperanza de quienes queremos un país más social, centrado en las personas. Pongo por caso el de la acogida del Aquarius, la inminente recuperación de la universalidad de la asistencia sanitaria, el diálogo social con los agentes económicos y sociales o el del cauce abierto para el diálogo con Cataluña y con el resto de las Comunidades.
Venimos de años durísimos en los que la ciudadanía ha sufrido recortes en servicios, peor calidad de vida y retrocesos en derechos. Ahora hay que tratar de aunar apoyos para ir recuperándolos poco a poco. En materia sanitaria, educativa, en prestaciones sociales como las pensiones y la dependencia, en políticas de igualdad. Pero también en cuestiones medioambientales, en energías renovables, en el empleo o en la lucha contra la despoblación. Y, por supuesto, en derechos de ciudadanía, y en la cuestión territorial. Con responsabilidad pero encarando los problemas, y actuando, que es la única manera de solucionarlos.
Decía antes que la comunicación debe ser bidireccional con todas las instituciones, con la ciudadanía en general y, de manera más intensa, con el Gobierno foral. Porque tenemos en la agenda inversiones compartidas entre Navarra y el Estado que son de alto interés para el presente y para el futuro de nuestra tierra.
Estoy pensando, por un lado, en el Tren de Altas Prestaciones. Saben que el compromiso del Gobierno central con esta infraestructura es absoluto: consideramos que la Comunidad Foral no se puede quedar ni aislada ni descolgada de un proyecto que es fundamental para nuestro desarrollo económico y para conectarnos con el resto de España y con Europa. Trabajaremos conjuntamente con los ejecutivos central y foral para seguir avanzando en esta obra.
Pienso también en el Canal de Navarra. Otra de las infraestructuras fundamentales que no avanza tan rápido como nos gustaría. Sabemos el peso que tiene en nuestra economía el sector primario, con una agricultura y una industria agroalimentaria que no solo contribuyen de forma notable al Producto Interior Bruto sino que, además, son motor de una parte significativa de nuestra tierra. Por eso se trata de otra obra irrenunciable que habrá que abordar de manera bilateral.
En estas y otras cuestiones de interés mutuo confío en contar con el apoyo del Gobierno de Navarra. Me consta que ambos presidentes – de España y de nuestra comunidad- se han emplazado a una próxima reunión, y espero que las relaciones entre ambas instituciones sean más fluidas y cordiales que con el anterior gobierno. Porque ese nuevo clima de entendimiento beneficiará a todos los navarros y navarras.
Afronto el cargo con más retos y objetivos. Uno de ellos, reforzar las políticas en materia de violencia de género, que es un área, la Unidad de Violencia de Género, que ha estado sin cubrir en esta Delegación del Gobierno durante los tres últimos años. Para nosotros y nosotras es un tema capital. El presidente Pedro Sánchez asumió en su discurso en el Congreso la necesidad de aplicar y cumplir todas las medidas incluidas en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género: las presupuestarias, las de impulso legislativo y las de actuación gubernamental.
Es un compromiso que compartimos y hacemos nuestro, y al que destinaremos todos los recursos que estén en nuestras manos.
Otro de los objetivos que me marco es el de profundizar en la coordinación y colaboración entre cuerpos policiales. Navarra tiene sus particulares, entre ellas, una Policía Foral que depende del Gobierno autonómico -además de las policías locales- y que comparte muchas de sus competencias con Policía Nacional y Guardia Civil. Que todos los cuerpos trabajen de forma coordinada, con buena comunicación y sintonía, es algo que redunda en beneficio de la ciudadanía en su conjunto. Y es una cuestión que será preciso abordar en los próximos meses.
Por supuesto, otro de los retos que tiene esta sociedad es el de la convivencia y la construcción de una memoria reciente justa y acorde a lo que ha sufrido nuestro país en las últimas décadas.
Soy el primer delegado del Gobierno que accede al cargo tras la desaparición de ETA. Y quiero recordar a quienes me han precedido en diferentes ámbitos de responsabilidad pública y también a quienes han trabajado a pie de calle porque ellos y ellas han sido pieza esencial en el fin del terrorismo. Han vivido años durísimos de violencia, de coacción y falta de libertad. Y con su esfuerzo y compromiso han allanado el camino a quienes venimos ahora; es de justicia reconocer su trabajo y su aportación a este país en uno de los episodios más negros de nuestra historia reciente.
También he de poner en valor el papel fundamental que han desempeñado las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los pilares del Estado de Derecho en su conjunto. Y, por supuesto, la sociedad civil, que ha sido valiente y ha dado la espalda a ETA hasta que no le ha quedado otra salida que su desaparición.
Disuelta la banda terrorista, tenemos por delante la tarea de la convivencia y la normalización, desde el respeto a la pluralidad y la libertad de opinión, pero en paz y sin imposiciones. Y desde una memoria que tiene que ser fiel a la historia y que debe partir del reconocimiento del daño ocasionado a todas las víctimas de ETA, sin exclusiones. Vaya por delante mi compromiso con la Memoria, la Justicia y la Reparación sin revisionismos ni reescrituras. Igualmente mi compromiso también con la aplicación de la Ley de Memoria Histórica.
En definitiva, estos y muchos más son los proyectos con los que afronto este cargo. Lo hago consciente de que a menudo serán tareas complicadas. Pero quiero reiterar mi voluntad de trabajo, de diálogo y consenso. Espero trasladar eficazmente las políticas públicas del nuevo Gobierno de España, que serán las que este país necesita para reconstruirse socialmente y para avanzar en cohesión e igualdad; para innovar en su modelo económico y de crecimiento; y, desde luego, para apostar por la convivencia y el respeto a las distintas maneras de pensar y de vivir.
Cuando se llega a un trabajo nuevo hay mucho que aprender, y por eso pido paciencia y comprensión, sobre todo en estos primeros días.
Y en este camino espero encontrar complicidades porque, cuantos más trabajemos juntos por ese objetivo, mayores serán los éxitos y los frutos.
Muchas gracias.