El Gobierno entrega las Grandes Cruces y Encomiendas de Reconocimiento Civil a las víctimas del terrorismo en Aragón
27/11/2009
El director general de Apoyo a las Victimas del Terrorismo, José Manuel Rodríguez, y el delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, han entregado esta mañana, junto a otras autoridades del Gobierno autónomo, las distinciones honoríficas a las víctimas del terrorismo en Aragón.
Cuatro aragoneses fallecidos en actos terroristas han recibido, a título póstumo, la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil. Se trata de María Teresa Berdor Labe y Rosa María Ezquerro Escribano, víctimas del atentado del Hotel Corona de Zaragoza, en julio de 1979, Elías González Roque, fallecido en el atentado del 11 de marzo en Madrid, y Ana Isabel Herrero Izquierdo, víctima de acto terrorista en Zaragoza, en 2006.
Además de estas distinciones póstumas, el Gobierno ha hecho entrega a otras trece personas, heridas en distintos atentados, de la llamada Encomienda de la Real Orden de Reconocimiento Civil. Se trata de afectados por los atentados de la Casa Cuartel (1987), San Juan de los Panetes (1987), Corte Inglés (2002) y calle Cervantes (2006) en Zaragoza, y por los atentados de la Casa Cuartel de Llodio (1989), casa cuartel de Durango (2007) y del Sahara (1975).
Esta medida, tal y como ha explicado el director general de Apoyo a las Víctimas del Ministerio del Interior, tiene un triple objetivo: reparar, reconocer y hacer justicia a las personas que han sufrido las consecuencias de un acto terrorista. La reparación implica el acceso de estas personas a las indemnizaciones a las que tienen derecho y que difícilmente podrían hacerse efectiva por la habitual situación de insolvencia económica de sus victimarios. Algo a lo que acceden en el momento en el que se reconoce su condición de afectados por atentado.
El Estado pretende con esta Real Orden de Reconocimiento Civil honrar a los fallecidos, heridos y secuestrados en actos de terrorismo y como ha explicado el director general de Apoyo a las Víctimas, “también efectuar una expresa y solemne manifestación de homenaje por parte de los poderes públicos y de la sociedad al sacrificio de tales personas”.