50 años velando por la seguridad vial

50 años velando por la seguridad vial 
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14/07/2009

En julio de 2009 se cumple el cincuenta aniversario de la creación de la Dirección General de Tráfico. Hablar de este organismo autónomo con personalidad jurídica pública diferenciada, patrimonio y tesorería propios, autonomía de gestión y plena capacidad jurídica y de obrar dentro de sus competencias, es hablar de forma paralela, de uno de los inventos que revolucionó la sociedad del momento y que ha dado nombre al siglo XX, conocido como el siglo de la automoción.

El vehículo, cuya evolución y desarrollo va paralelo con el de la vía, fue el elemento principal que impulsó la creación de un organismo que se hiciera cargo de todas las cuestiones que tenían que ver con el vehículo. Evidentemente, las funciones que desarrollaba la Jefatura Central de Tráfico, nominación con la que nació en 1959 y que se centraba principalmente en gestiones administrativas, son apenas un reflejo del amplio abanico de cuestiones que en la actualidad aborda: control, gestión, información y seguridad del tráfico, formación de conductores, educación vial, investigación de accidentes…. un cambio que ha ido parejo con el incremento del censo de conductores y el parque de vehículos.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN

En los últimos meses de 1959, y para dar cumplimiento a la Ley 47/1959 de 30 de julio comienza su andadura la Jefatura Central de Tráfico, organismo creado con el fin de unificar las competencias hasta entonces dispersas en otros organismos de la Administración, y atender a la expansión que en materia de circulación de vehículos a motor, se estaba produciendo en España.

El nuevo organismo, dependiente del entonces Ministerio de la Gobernación, hoy Ministerio del Interior, nace con la idea de ser el único órgano competente de dirección inmediata, ordenación y coordinación en materia de circulación y transporte por carretera, vigilancia del tráfico y facultad sancionadora de las infracciones que se cometan en ella, tal y como se recoge en el preámbulo de la Ley. Aún así, el Ministerio de Obras Públicas tiene competencias relativas a las infraestructuras de la vía y el de Industria todo lo relacionado con el vehículo, incluida la declaración de aptitud técnica de sus conductores, hasta que 1967 dicha competencia es cedida a la DGT.

La capacidad sancionadora en materia de Trafico se la atribuía la Ley, a los Gobernadores Civiles, dentro de su propia circunscripción territorial, y la vigilancia del cumplimiento de la misma a la Guardia Civil, -Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil- que sustituyó al Cuerpo de Policía Armada y de Tráfico que venía haciéndolo desde la finalización de la Guerra Civil. La primera plantilla de la Agrupación constaba de 3.929 Agentes al mando de un Coronel. Hoy son más de 10.000 agentes con un General a su frente los que llevan a cabo funciones de vigilancia, auxilio y asistencia a los conductores.

La estructura orgánica y funcional también ha sufrido modificaciones, adaptándose así no sólo a los diversos cambios acaecidos en la Administración Pública Española, sino también al volumen de trámites que se realizan. La primera estructura adoptada en 1960,  formada por el Jefe Central de Tráfico, un Secretario General, seis jefes de sección y dieciséis negociados ha variado a lo largo de la historia del organismo, que sin renunciar a la actividad burocrática de sus inicios ha ido dando paso a cuestiones más técnicas y especializadas, en las que se ha trabajado directamente sobre la vía, el vehículo y el hombre, principales factores que intervienen en la circulación.

Actualmente, la DGT cuenta con una estructura orgánica formada por el Director General, una Secretaría General, cuatro Subdirecciones (Gestión del Tráfico y Movilidad, Formación para la Seguridad Vial, Ordenación Normativa y la Gerencia de Informática) y el Observatorio Nacional de Seguridad Vial, formando todos ellos los servicios centrales.

Para llevar a cabo todas las disposiciones que le otorgaba la Ley fue necesario la creación de las Jefaturas Provinciales y locales, que desde su nacimiento han sido y siguen siendo las que ejecutan y llevan hasta sus últimas consecuencias las competencias de carácter burocrático atribuidas a la Dirección General, además del resto de funciones asignadas. Actualmente hay 50 jefaturas provinciales, 2 jefaturas locales (Ceuta y Melilla) y 13 oficinas locales.

TRASPASO DE COMPETENCIAS

Aunque el tráfico y circulación de vehículos a motor constituye una materia que la Constitución reserva en exclusiva al Estado, algunas CCAA han asumido determinadas competencias de ejecución de la normativa estatal utilizando para ello distintas vías. Las Comunidades Autónomas del País Vasco (Real Decreto 3.256/1982, de 15 de octubre) y Cataluña (Ley orgánica 6/1997, de 15 de diciembre), son las únicas Comunidades a quienes se les han transferido o traspasado competencias ejecutivas en materia de tráfico y circulación de vehículos a motor y seguridad vial.

FORMACIÓN VIAL

La competencia en materia de exámenes correspondió en sus inicios al Ministerio de Industria (de ahí, el título de ingenieros que llevan los examinadores) hasta que en 1967 dicha competencia fue transferida a la DGT.

Las pruebas exigidas para la obtención del permiso de conducción han ido variando a lo largo de estos años, tanto en lo referente a los conocimientos teóricos como a las pruebas prácticas, mejorando los niveles exigidos y adaptándolos a cada clase de permiso de conducción, exigiendo la superación de pruebas para obtención de algunos permisos de conducción que antes no se pedían.

Igualmente ha ido variando el modelo del permiso de conducción, desde una simple hoja de papel con una foto del año 1900, pasando por el permiso de cartulina rosa hasta la actual  tarjeta de plástico con mayores garantías de seguridad.

EDUCACIÓN VIAL

La Educación Vial persigue la formación del comportamiento del ciudadano en tanto en cuanto es usuario de las vías públicas, ya sea como peatón, conductor o viajero. Por este motivo, la DGT desde sus inicios ha creído necesario impartir este tipo de información fuera y dentro de las aulas.

A pesar de que el Código de la Circulación de 1934 ya hacía mención a la  obligatoriedad de que se impartiese este tipo de materias, no fue hasta 1961 cuando desde la Administración comenzaron a sucederse una serie de disposiciones relativas a la obligatoriedad de la Educación Vial en los programas escolares, disposiciones, por otra parte que no llegaron a materializarse hasta 1970 cuando se promulgó la Ley General de Educación. A pesar de esta promulgación, la Educación Vial no tuvo una aplicación real en las aulas.

Todas las posteriores Leyes de Educación han incluido la Seguridad Vial (SV) como materia a impartir y su implantación, en la mayoría de los casos, ha quedado reducida a clases esporádicas guiadas por el voluntarismo del profesorado, al reconocimiento de algunas normas y señales de tráfico en los manuales escolares y por charlas impartidas por expertos de Seguridad Vial.

Actualmente, la SV es uno de los ejes transversales del currículo y forma parte de las enseñanzas integrándose con el resto de materias objeto de las diferentes asignaturas. Especialmente aparece en la denominada asignatura de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos que los jóvenes cursan en los ciclos de Educación Primaria y Secundaria.

Además de la Educación Vial formal, la DGT también lleva a cabo acciones y programas que no están incluidos dentro del currículo escolar y que se desarrolla en otros ámbitos, generalmente no escolares. Los parques infantiles (desde 1961) concursos de Educación Vial, representaciones de obras de teatro, programas dirigidos a jóvenes, adultos… son algunas de las actuaciones puestas en marcha por Tráfico para incorporar la formación vial a la ciudadanía.

El Centro Superior de Educación Vial que en 1987 estrenó sede en Salamanca y la revista Tráfico y Seguridad Vial (1985) también han contribuido desde su creación a formar e informar a los conductores en esta materia.

CAMPAÑAS QUE GENERAN DEBATE SOCIAL

Desde los inicios, la DGT ha apostado por las campañas divulgativas como medio informativo para llegar a los ciudadanos. Se han utilizado todos los medios de comunicación, en especial la Televisión, para dar a conocer los mensajes que en ese momento se tenían que reforzar. A mediados de los años 60 se hacían campañas de alumbrado o de neumáticos, después de comprobar que el 43% de los vehículos circulaban con defectos en sus luces.

Pero la velocidad, el alcohol o el uso del cinturón de seguridad... han sido y siguen siendo los temas principales de todas ellas. Campañas que por su realismo, o por el enfoque dado, han generado un debate social, necesario hace unos años, cuando todavía la sociedad española no era consciente del problema que suponían los accidentes de tráfico.