- La presencia femenina crece en el empleo público: De sólo una cuarta parte en 1977 a prácticamente la mitad en 2001.
- Entre los empleados de las Administraciones, el doble de mujeres que de hombres se dedican al cuidado de los hijos.
Entres las conclusiones del estudio, basado en datos y estadísticas hasta 2003, destaca que no existen motivos de discriminación en cuanto al acceso al trabajo en las Administraciones Públicas. Las diferencias se explican en virtud del tipo de ocupación, centrándose la mujer más en empleos de tipo administrativo. La distribución o dedicación a las tareas familiares también puede influir en la menor posibilidad de promoción profesional de la mujer. El estudio propone un diseño eficaz de políticas de igualdad, no tanto dentro de la Administración sino en la esfera social, persiguiendo un cambio en la asignación de roles de mujeres y hombres en las familias y en la sociedad en general, sin perjuicio de “medidas de acción positiva” que en algunos ámbitos sea necesario desarrollar.
PRESENCIA FEMENINA
Como regla general, la distribución de mujeres en tareas puramente administrativas y de gestión está equilibrada númericamente, aunque en términos absolutos se observa un predominio de los hombres en la Administración General del Estado (69,25%) y en la Administración Local (61,04%), debido a que existen profesiones marcadamente masculinas, como Policía Nacional o Municipal, Guardia Civil o Fuerzas Armadas. Por el contrario, en sectores como Enseñanza, Sanidad o Administración Judicial, existe una mayor presencia femenina. En la Administración General del Estado, si se excluyen los sectores citados, donde existe mayor o menor presencia de mujeres, el porcentaje de mujeres asciende a 49,07 %.
La mujer también tiene mayor presencia en los grupos inferiores de la Administración -E y D- y menor presencia en los grupos superiores –A y B-. La participación de la mujer en puestos directivos es claramente minoritaria, aunque el relevo generacional hace pensar que en el futuro se alcanzará un mayor equilibrio en este terreno. Incluso en profesiones donde hay mayor presencia femenina, como en Sanidad, hay muchas mujeres en puestos no facultativos y pocas entre los facultativos; en la Justicia, donde hay mayoría de mujeres juez, pero muy pocas en la categoría de magistrados del Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional; o en la Enseñanza, donde las mujeres son mayoría en el profesorado de Educación infantil y primaria pero muy escaso el número de catedráticas.
En puestos de “alto cargo”, las mujeres alcanzan el 22 % en la Administración Autonómica y un tercio en la Administración Local. En la Administración General del Estado la participación de mujeres asciende al 33 % en relación con los cargos de Secretarías Generales y Subsecretarias. En la Administración Local, muy pocas mujeres –12 %- son alcaldesas en capitales de provincia.
RASGOS Y CARACTERÍSTICAS
Sobre los rasgos y características distintivas de las mujeres y de los hombres al servicio de las Administraciones Públicas, el estudio concluye que desde 1976 la mujer ha preferido las Administraciones Públicas a la hora de acceder a un puesto de trabajo y su participación en el sector público ha aumentado un 261 %, mientras que la del hombre sólo lo ha hecho en un 31 %. Esta situación ha facilitado un proceso de convergencia, pasando de una participación de la mujer del 27 % en 1977 al 49 % en 2001.
CONCILIACIÓN VIDA FAMILIAR Y LABORAL
El estudio destaca que, en las Administraciones Públicas, el número de hombres que se dedican al cuidado de los hijos es la mitad que el de las mujeres y, además, estos hombres dedican un 62 % menos de horas a este menester. Igualmente casi la mitad de las trabajadoras declaran ser la principal persona encargada de la realización de tareas domésticas.
TEMPORALIDAD Y REMUNERACIÓN SALARIAL
La tasa de temporalidad es mayor para las mujeres, siendo el ámbito más significativo el de la Administración de la Seguridad Social, donde más de 8 de cada 10 contratos temporales corresponden a mujeres. Entre los salarios mensuales netos de hombres y mujeres existe una elevada desigualdad –según el estudio- aunque concluye que no se trata de la existencia de una discriminación sino consecuencia de las diferentes características individuales de los trabajadores y trabajadoras de las que depende su remuneración (antigüedad, grado personal, etc). En cualquier caso, la desigualdad es superior en el sector privado que en el público.
SATISFACCIÓN LABORAL
El estudio señala que los principales motivos de satisfacción laboral para las mujeres son que les gusta su trabajo y la estabilidad laboral (para los hombres, igual pero en sentido contrario). Destaca también el dato de que casi la mitad de las mujeres al servicio del sector privado desearía trabajar en el sector público. Opinión que comparte 1 de cada 3 hombres que trabajan en el sector privado.