Exilio, persecución y muerte: 1939-1940
Entierro de Azaña en el cementerio de Montauban, 5 de noviembre de 1940. Asociación Manuel Azaña.
Crespón negro Centro Documental de la Memoria Histórica.
Dibujo de Manuel Azaña yacente Asociación Manuel Azaña.
Carta de Manuel Azaña a José Giral, ministro sin Cartera de la República, en la cual le refiere las razones que le llevaron a presentar su dimisión como presidente de la República. Collonges-sous-Salève, 9 marzo 1939 Archivo Histórico Nacional.
Carta de Manuel Azaña a José Giral, ministro sin Cartera de la República, en la cual le refiere las razones que le llevaron a presentar su dimisión como presidente de la República. Collonges-sous-Salève, 9 marzo 1939 Archivo Histórico Nacional.
En enero de 1939, cuando parece inevitable la derrota de las fuerzas republicanas, Azaña se traslada a la frontera francesa. En La Vajol (Gerona) se arriará por última vez la bandera republicana.
Sale de España el 5 de febrero de 1939, perseguido por agentes de Franco, de Vichy y la Gestapo. Se aloja en una casa, La Prasle, en Collonges-sous-Salève. Viaja a París y, el 27 de febrero de 1939, ya sentenciada la causa republicana por el reconocimiento de Francia y Gran Bretaña al gobierno franquista, Azaña presenta su dimisión como presidente de la República.
En octubre se traslada a Pyla-sur Mer, cerca de Burdeos. El 1 de septiembre Alemania había invadido Polonia; el 3, Francia y Gran Bretaña declaran la guerra a Alemania, mientras se publica la edición francesa de La velada en Benicarló. El 14 de junio las tropas alemanas alcanzan París y el 16, Pétain pide el armisticio. Negrín visita a Azaña para ofrecerle su traslado a Inglaterra, que rechaza.
Con Francia dividida en dos, Azaña, ya enfermo, y su esposa viajan en ambulancia hacia Périgueux. Sus perseguidores saquean la casa de Pyla-sur-Mer, roban sus papeles y apresan a Cipriano que es condenado a muerte, pena que será conmutada.
En septiembre, se instala en Montauban, cerca de Toulouse. El gobierno de Vichy impide que salga de la ciudad.
Azaña fallece en el Hôtel du Midi la noche del 3 de noviembre de 1940 y es enterrado en Montauban bajo la bandera de México, porque las autoridades francesas no permitieron la bandera republicana. La Legación mexicana sufragó los gastos del entierro.
En Montauban cada año se recuerda su memoria y la figura y la obra de Azaña están ostensiblemente presentes.
Última bandera
Esta bandera fue arriada por Manuel Azaña en La Vajol el 2 de febrero de 1939. En su larga carta-crónica a Ángel Ossorio y Gallardo habla de este emblema, tras hacer una emotiva reseña del último acto en tierra español, la revista al batallón presidencial:
"Dos días antes había recogido la bandera del batallón, que ahora, desplegada en una de las paredes de mi cuartito de trabajo, es tema de contemplación ascético-política, porque me servirá de mortaja".
La bandera se encontraba en una de las cajas que fueron secuestradas por la Gestapo y la policía española en Pyla-sur- Mer y que aparecieron en las dependencias de la policía en Madrid, en 1984.
Diario manuscrito de Manuel Azaña. Primer volumen de los conocidos como "cuadernos robados".
Los tres cuadernos robados
Diario manuscrito de Manuel Azaña. Primer volumen de los conocidos como "cuadernos robados".Azaña entregó en 1936 los cuadernos de sus Memorias a su cuñado, Cipriano de Rivas Cherif, entonces cónsul de España en Ginebra, pensando que estarían a salvo fuera de España. Tres de ellos fueron robados del consulado por Antonio Espinosa. Correspondían a un periodo cronológico especialmente tenso: la sublevación de Sanjurjo, en agosto de 1932, la represión de Casas Viejas en enero de 1933 y la crisis del verano de ese mismo año que acabó con el bienio republicano-socialista. Habían permanecido en El Pardo hasta que, en 1996, Carmen Franco Polo los entregó al Estado español. Desde entonces, los originales manuscritos se conservan en el Archivo Histórico Nacional.
Palabras de Azaña
Sobre la cultura:
El Museo del Prado es más importante para España que la República y la monarquía juntas.
Crónica abreviada de quince días. Carta a Ángel Ossorio. La Prasle, Collonges-sous-Salève, 18 de junio de 1939.
Sobre el futuro de España:
Si hemos de pasar como españoles de muerte a vida, si nuestro país no ha de ser un pudridero en que la víctima y el verdugo se corrompan juntos, si ha de lograrse una transfiguración del espíritu nacional a favor del escarmiento apadrinado por la locura y la estulticia será volviéndose de cara a la realidad del sentir español, que no puede haber desperdiciado la lección y aprovecharlo para fundar algo nuevo, quemando no solamente las bambalinas y los bastidores, sino la letra y la solfa de las representaciones caducadas […] Confiemos en que habrá gente nueva capaz de entenderlo mejor.
Carta a Esteban Salazar Chapela. Pyla-sur-Mer (Gironde), 26 de febrero de 1940.