Denis Itxaso: “No podemos permitir que los muertos se conviertan en incómodos tabúes que conviene esquivar”

Denis Itxaso: “No podemos permitir que los muertos se conviertan en incómodos tabúes que conviene esquivar”

10/11/2022

  • El Gobierno y el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz inauguran la Plaza de la Memoria dedicada a las víctimas del terrorismo y que se convertirá en un nuevo espacio de encuentro peatonal y de calidad en pleno corazón de la ciudad

 

  • El delegado del Gobierno advierte contra la tentación de “asumir una memoria acrítica e idealizada, pues el riesgo reside en cimentar una convivencia sobre bases edulcoradas. En ese caso, no habremos aprendido nada”

 

“No podemos permitir que los muertos se conviertan en incómodos tabúes que conviene esquivar. Una sociedad madura y con capacidad crítica debe honrar a los muertos y tenerlos presentes porque su testimonio da cuenta de los lugares a los que nunca debemos volver”. Estas declaraciones son parte del discurso que el delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso, ha pronunciado esta mañana durante la inauguración de la Plaza de la Memoria, un nuevo espacio de encuentro peatonal y de calidad en el corazón de Vitoria-Gasteiz dedicada a las víctimas del terrorismo. Itxaso ha inaugurado este espacio junto al alcalde de la ciudad, Gorka Urtaran. Situada entre Correos y el Centro Memorial de las Víctimas del terrorismo, la Plaza de la Memoria ha supuesto una inversión de 1,6 millones de euros, de los que 800.000 euros los ha aportado el Gobierno central a través del Ministerio de Interior.

 

La inauguración ha coincidido con la celebración del Día de la Memoria, en el que se recuerda, homenajea y se visibiliza a las víctimas de la violencia terrorista. El delegado agradeció al alcalde Urtaran y al Gobierno municipal  “el mimo y atención invertidos en el diseño y ejecución” de la zona. “La Plaza de la Memoria”, ha señalado Itxaso durante su discurso, “es un nuevo espacio evocador que quiere servir de recordatorio de todas las injusticias que causaron dolor en el pasado; de injusticias que dejaron víctimas cuya dignidad estamos obligados a preservar con políticas públicas de memoria y con espacios públicos como éste, que también es la antesala del Memorial de Víctimas del Terrorismo promovido por el Gobierno de España y cuya apertura se produjo hace algo más de un año”.

 

Durante su intervención, Itxaso ha reflexionado acerca de determinados discursos políticos. “Venimos escuchado estos últimos días que ‘la política debe centrarse en solucionar los problemas de los vivos y dejar a los muertos en paz’. Estas palabras fueron pronunciadas desde altas magistraturas de la política para evitar pronunciarse sobre la exhumación de un golpista genocida. Es un inmenso error pretender echar sobre los muertos un manto de silencio y olvido pues merecen ver restituida la dignidad sobre todo cuando la vida les fue arrebatada de manera injusta”.

 

En esta línea, ha añadido que “no podemos permitir que los muertos se conviertan en incómodos tabúes que conviene esquivar. Una sociedad madura y con capacidad crítica debe honrar a los muertos y tenerlos presentes porque su testimonio da cuenta de los lugares a los que nunca debemos volver”. Por eso, la Plaza de la Memoria es un ejemplo de esa política. “Esta Plaza es importante y necesaria como recuerdo y como lugar de encuentro. Pero, sobre todo, es importante para medirnos con nuestro pasado más reciente, comprender mejor nuestra trayectoria, meditar sobre lo que hicimos y lo que no, y atrevernos a construir un futuro en convivencia sobre la memoria de lo sucedido”.

 

Recuerdo para Gesto por la Paz

Itxaso también recordó que en plazas como la inaugurada en Vitoria-Gasteiz  “fue donde unos pocos ciudadanos se enfrentaron en soledad a la violencia de ETA y su entorno. Ese sector de la sociedad vasca, articulado en diversas organizaciones (especialmente, Gesto por la Paz) supo levantar un muro ético contra la violencia terrorista. Y lo levantó a cara descubierta frente a sus vecinos, muchos de los cuales, demasiados -reconozcámoslo-, jaleaban con furia en contramanifestaciones los asesinatos terroristas. Aquel gesto cívico de valor incalculable y que el paso del tiempo engrandece aún más, contribuyó de manera relevante al fin de ETA. Gracias una vez más a aquellos ciudadanos por su coraje y lección moral”.

 

Según Itxaso, “no deberíamos contribuir a idealizar el papel del conjunto de la sociedad vasca, creyendo que siempre se enfrentó a ETA de manera íntegra. Lo cierto es que durante décadas se configuró un relato propicio que servía de coartada al ejercicio de la violencia y que ese relato obtenía un apoyo social relevante que se traducía en una significativa representación electoral en las instituciones”.

 

Por eso, el delegado del Gobierno advirtió contra la tentación de “asumir una memoria acrítica e idealizada, pues el riesgo reside en cimentar una convivencia sobre bases edulcoradas. En ese caso, no habremos aprendido nada”.

 

Aplicación práctica

Otra de las reflexiones del delegado giró sobre la necesidad de que conceptos universales como reparación, justicia, verdad, autocrítica…tengan una “una aplicación práctica en todo lo que nos ha sucedido recientemente. Sin un aterrizaje concreto en los hechos que hemos vivido en Euskadi, se quedan en una abstracción etérea que evita la denuncia formal de cada una de las vulneraciones de derechos humanos sufridas”.

 

“El proyecto de convivencia al que aspiramos”, ha subrayado, “no se puede construir desde el olvido ni desde apelaciones genéricas al respeto de los derechos humanos equiparando y mezclando todos estos fenómenos como si al enfrentarlos se produjera una especie de empate moral. Los discursos del odio que han alimentado las diferentes manifestaciones violentas han de ser desveladas y las instituciones estamos concernidas en esta labor con hechos concretos y señalamientos específicos, propiciando gestos de cercanía a las víctimas, que sientan la empatía hacia su dolor injusto y que desaparezca cualquier actitud de agravio”.