La delegada del Gobierno visita la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de la Base General Menacho, de Botoa

Rastreadores

04/12/2020

• Sobre el terreno conoció la experiencia de los militares que desarrollan las labores de rastreo a los que agradeció su trabajo


La delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco, visitó hoy en la Base General Menacho de Botoa a los militares de la Brigada Extremadura XI, que integran la Unidad de Vigilancia Epidemiológica. En total 80 efectivos que, desde el pasado 14 de octubre, colaboran con el Servicio Extremeño de Salud haciendo seguimientos de contactos estrechos de COVID-19 en la región. Esta unidad ha realizado hasta la fecha el rastreo de 14.176 extremeños y en este momento hacen el seguimiento de 1.337.

García Seco, que estuvo acompañada durante la visita por el General Jefe de la Brigada Extremadura XI, Francisco Javier Romero Marí, conoció hoy sobre el terreno el trabajo de los efectivos de la Brigada y destacó la  “auténtica” vocación de servicio público  que los militares demuestran con tal labor. Una labor que les agradeció durante la visita.

Asimismo, puso de relieve la importancia de la coordinación y colaboración entre instituciones  existente a lo largo de toda la pandemia, algo que considera una herramienta “esencial” para luchar contra el virus. 

La Unidad de Vigilancia trabaja de lunes a domingo en diferentes turnos realizando llamadas telefónicas periódicas, que tienen lugar cada 48 horas, lo que supone que, durante la cuarentena contacten hasta en 3 ó 4 ocasiones con las personas en seguimiento. Estos turnos de trabajo cuentan además con el apoyo tres enfermeros y un psicólogo militar.

Los efectivos de la Unidad desarrollan las labores de rastreo en tres salas equipadas con teléfonos y ordenadores, y con la base de datos de pacientes comunicada previamente por el Servicio Extremeños de Salud.

Durante su visita, García Seco puso en valor asimismo las labores realizadas por la Brigada Extremadura XI durante el Estado de Alarma en el marco de la Operación “Balmis”, donde las tareas de desinfección de residencias desarrolladas por los militares fueron “fundamentales”  para reducir las cifras de contagios.

También recordó la labor de estos efectivos en el control y desinfección de puntos calientes y de riesgo, como fueron estaciones de autobús o tren, edificios de servicios esenciales, etcétera.