Comunicado del Gobierno
12/05/2018
El candidato a la presidencia de la Generalitat, el Sr. Torra, ha ofrecido hoy a los catalanes un discurso frentista, un discurso de pasado y un discurso alejado de lo que la inmensa mayoría de catalanes, moderados y constructivos, quieren para el momento presente y para la Cataluña del futuro.
El Sr. Torra no se ha presentado como el presidente que merecen y que necesitan los catalanes. Ha renunciado a gobernar para todos ellos y a conectar con lo que la sociedad demanda en el momento actual.
• La sociedad catalana merece recuperar la normalidad y el sosiego, y superar la fractura social en la que ahondan las palabras del candidato. Se instala de nuevo en un discurso sectario y divisorio, renunciando a gobernar para el conjunto de los catalanes y alentando las tensiones que tanto daño han hecho a Cataluña, a su cohesión social y a su desarrollo económico.
• Las formas y condiciones con las que ha sido propuesto y el discurso con el que se ha presentado son una falta de respeto a las instituciones de Cataluña, al Parlamento del que es diputado y a la Generalitat que pretende presidir. Frente a los valores y métodos de nuestra democracia, su candidatura y sus palabras son la constatación de una suerte de cesarismo, impropio del S. XXI, que supedita al interés personal de un individuo, el interés general de todos los ciudadanos. Porque es autocrático y excluyente quien relega el bien común a sus necesidades políticas y a sus urgencias personales.
• Conviene recordar, además, que la formación por la que se presenta no ganó las lecciones, ni los que pretenden votarle, representan a la mayoría del pueblo catalán. Al menos, debería haber tenido la humildad de no hablar en nombre de todos ellos.
• Sus palabras evidencian la escasa voluntad y capacidad de diálogo de unas formaciones que niegan la voz primero al conjunto de los catalanes y el entendimiento con el resto de los españoles. Ha demostrado que no tiene ningún interés en construir un diálogo en el propio Parlament, en el conjunto de la sociedad y con nadie que no se someta exactamente a sus planteamientos.
• La misma democracia que ampara que cualquiera pueda usar la libertad de expresión en defensa de sus ideas, es la que impide la imposición de esas ideas con actos contrarios a la Ley.
• Los españoles saben que desde la unidad de quienes apreciamos y respetamos nuestros valores constitucionales, hemos adoptado cuantas medidas han sido necesarias para preservar la convivencia. Ni el proceso constituyente anunciado, ni la independencia proclamada llegaron a ningún lugar y nada lograron sus promotores más que tener que asumir las consecuencias de sus actos. Los partidos independentistas saben que no tienen ninguna posibilidad de lograr sus propósitos secesionistas.
• Ante las palabras del candidato y en defensa de la legalidad de Cataluña y de los derechos de todos los catalanes y del conjunto de los españoles, este Gobierno estará muy vigilante de los actos del candidato y de su posible Gobierno. Cualquier ilegalidad será reparada y cualquier vulneración de nuestro marco constitucional será respondida.