Inauguración de la restauración del retablo, sus puertas y las esculturas cistercienses de la iglesia de Ibdes
13/06/2017
- El acto ha tenido lugar hoy martes día 13 con asistencia del director General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural, el subdirector del IPCE y el delegado del Gobierno en Aragón
- La intervención en uno de los conjuntos de imaginería policromada más relevantes del Segundo Renacimiento aragonés fue promovida por el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) con una inversión de 367.840€
- Los trabajos duraron 16 meses y concluyeron el pasado mes de mayo
La inauguración de la restauración del retablo mayor y sus puertas y las esculturas cistercienses que alberga la iglesia parroquial de San Miguel de Ibdes (Zaragoza) ha tenido lugar hoy martes día 13 a las 12:30 horas. Al acto inaugural han asistido el delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde; el director general de Bellas Artes y Patrimonio Cultural, Luis Lafuente Batanero; el subdirector del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), Carlos Jiménez Cuenca y los técnicos de los departamentos de Escultura y de Pintura del IPCE que han dirigido la actuación. Han estado también presentes en la inauguración el obispo de Tarazona, Eusebio Hernández; y el alcalde de Ibdes, Ramón Duce, y otros representantes de la administración autonómica y local.
La intervención en este conjunto monumental, llevada a cabo por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECD) a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), ha supuesto una inversión de 367.840,00 €. La actuación en uno de los conjuntos más destacados del Segundo Renacimiento aragonés ha durado 16 meses, finalizando el pasado mes de mayo.
Los trabajos de conservación y restauración han sido precedidos de minuciosos estudios previos, que incluyeron un análisis fotogramétrico de todo el conjunto, un exhaustivo registro patológico y la documentación de las diferentes actuaciones llevadas a cabo en el retablo hasta la fecha. De forma complementaria se realizó un estudio tecnológico y también socio-cultural. A partir de los resultados obtenidos, ocho restauradores y un carpintero especializado han llevado a cabo la intervención con el apoyo interdisciplinario de otros profesionales y bajo la dirección técnica de los departamentos de Escultura y de Pintura del IPCE.
Aspecto destacable de este proceso ha sido la adopción en él de nuevos enfoques metodológicos: tanto en relación a las técnicas de análisis como a los materiales y procedimientos utilizados, que han seguido las líneas de investigación recientemente adoptadas en el IPCE. Con ellas se ha recabado por un lado una minuciosa información acerca de la estructura constructiva y escultórica, y de los diversos procedimientos pictóricos y materiales filmógenos de recubrimiento, así como de los procesos de degradación; por otro lado se han aplicado tratamientos específicos que reducen la toxicidad medioambiental y minimizan el riesgo de interacción con los materiales originales.
Una vez retirados los depósitos y sedimentos acumulados en las superficies, fijados los estratos pictóricos en peligro de desprendimiento, se aplicó un tratamiento físico-químico de limpieza. Sin duda una fase crucial en la recuperación de las decoraciones polícromas renacentistas que incluyó la eliminación de las sucesivas repolicromías localizadas sobre todo, en el apostolado de los dos primeros pisos del cuerpo y en la colosal escultura de San Miguel. La recuperación de las decoraciones tras los trabajos de reintegración cromática, potencia aún más si cabe el valor artístico de todo el conjunto.
Paralelamente se han acometido diversos trabajos de refuerzo en la carpintería estructural, tanto en el anverso como en la trasera del retablo. Además se ha recuperado un manifestador instalado en época barroca, desmantelado el pasado siglo.
Respecto a las seis puertas del retablo, con sus espectaculares pinturas sobre sarga (un total de dieciséis escenas de gran calidad y evidentes referencias romanistas) se han realizado intervenciones de fijación y consolidación, corrección de deformaciones, limpieza y reintegración cromática, así como eliminación de elementos de intervenciones anteriores. Además, se ha instalado un nuevo sistema manual de cierre y apertura de las puertas en condiciones de seguridad, así como unos soportes de apoyo para cuando éstas permanecen abiertas.
Asimismo, se ha intervenido también en las tallas de dos santos cistercienses ubicados en la embocadura del arco de separación entre la nave y la cabecera.
Por último, se ha renovado la instalación eléctrica y se ha implantado un nuevo sistema de iluminación con tecnología led, que aporta seguridad y eficiencia energética a la vez que permite una visión óptima de todo el conjunto intervenido.
El retablo fue realizado entre 1555 y 1565 y en su obra están documentados los escultores Pedro Moreto, Juan de Salamanca y Juan de Bayarte, y los pintores Juan Catalán y Pietro Morone. Del conjunto destaca la calidad de las tallas, pero sobre todo la de los trabajos polícromos y la pintura de los grandes lienzos de los portones de cierre, que aún conserva, a cargo del artista italiano.