La Guardia Civil detiene a seis personas y recupera en Jaén patrimonio histórico de “incalculable valor” arqueológico
02/11/2017
Sanz destaca la “gran importancia” de las piezas rescatadas en la Operación Alfaíbero y felicita a los agentes del SEPRONA por el éxito de su investigación
El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, acompañado de la subdelegada del Gobierno en Jaén, Francisca Molina, ha presentado esta mañana la Operación Alfaíbero, llevada a cabo por componentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Comandancia de la Guardia Civil de Jaén, en la que se han intervenido gran cantidad de efectos arqueológicos y han sido detenidos dos vecinos de Jaén, dos de Andújar, uno de La Guardia y otro de Mancha Real, como presuntos autores de varios delitos contra el Patrimonio y pertenencia a organización criminal.
La Operación Alfaíbero se inició al tener conocimiento la Guardia Civil de que una persona tenía en su poder tres láminas de plomo con inscripciones íberas, una pulsera o herraje romano y una lámina de plomo con inscripciones romanas, género que habría obtenido como consecuencia del expolio que practicaba junto con otras personas cercanas a él. Una vez obtenidas fotografías de las piezas, se solicitó un informe pertinente al arqueólogo de la Delegación Territorial de Cultura, el cual, a pesar de las cautelas que supone pronunciarse sobre una imagen fotográfica de objetos de esa índole, los catalogó de gran importancia.
El delegado del Gobierno ha destacado en la presentación de la operación “el gran valor arqueológico de las piezas encontradas”, al tiempo que ha felicitado a la Guardia Civil y a los agentes del SEPRONA por esta “extraordinaria operación”.
Seguimiento y comercialización
Una vez iniciado el operativo, se efectuaron controles de la actividad de la persona que al parecer poseía las piezas, comprobando sus reiteradas salidas, con detectores de metales, para cometer expolios en yacimientos catalogados de la provincia de Jaén. En el transcurso de la investigación se ha podido comprobar que todos los implicados en la organización mantienen contacto con otras personas dedicadas al expolio habitual de yacimientos.
Las piezas obtenidas se comercializaban en tres modalidades: una a través de páginas especializadas de internet; otra a través de ventas a coleccionistas y la última y más habitual, a otras personas que, como ellos, se dedican a esta actividad y actúan como revendedores. Estos las presentan en eventos especializados donde se obtiene documentación, que legaliza su tenencia e incluso posterior comercio.
Método de captación
En ocasiones los miembros de la organización captaban a personas poseedoras de patrimonio, que habían sido obtenidos utilizando detectores de metales o simplemente realizando labores agrícolas, las cuales eran desconocedoras del valor real de los objetos que poseían. A éstos les comunicaban que tienen un contacto que entiende mucho de la materia y que guardaran el sigilo exigido, al tratarse de “asuntos ilegales”.
Si las piezas no tenían valor les eran devueltas, pero en caso de que tuvieran valor económico, les decían que habían sido interceptadas por la Guardia Civil y que se las habían intervenido. Si el perjudicado exigía la devolución, no admitiendo la explicación de la intervención de la Guardia Civil, la organización estaba en disposición de realizar réplicas o falsificaciones, si no de su mismo artículo, sí de otros similares, que pudieran parecer de más valor que el entregado.
En el transcurso de la Operación Alfaíbero se han realizado seis registros domiciliarios, de forma simultánea, en los que se intervinieron gran cantidad de objetos relacionados con patrimonio histórico: monedas, anillos, vasijas, detectores de metales, libros de numismática para tasar las piezas, etc… destacando entre ellos unos lienzos íberos y romanos.
Además de estos objetos se ha intervenido material de comunicación e informático que podría aportar pruebas suficientes, una vez analizado, para ampliar la investigación o abrir una segunda fase. Para la clasificación y catalogación de los objetos, la Guardia Civil ha contado con la colaboración de los arqueólogos del Centro Andaluz de Investigaciones en Arqueología Íbera, cuyos informes han sido remitidos a la Autoridad Judicial.