El delegado del Gobierno afirma que el proyecto de Horcas está pensado para los ciudadanos

El delegado del Gobierno afirma que el proyecto de Horcas está pensado para los ciudadanos

22/06/2010

El delegado del Gobierno, Gregorio Escobar, en declaraciones efectuadas esta mañana a RNE al programa “Melilla Opinión”, ha definido el nuevo paseo marítimo y las playas de Horcas y la Alcazaba como un “proyecto pensando para los ciudadanos” que se ha hecho con la intención de abrir más de dos kilómetros de frente litoral al uso y disfrute de los melillenses y que permite que, una zona que se encontraba oculta a la realidad cotidiana, ahora se haya convertido en un lugar de ocio y disfrute para los ciudadanos que abarca desde la ensenada de los Galápagos hasta la playa de Horcas Coloradas. Además, se encuentra unido al centro urbano de Melilla, lo cual permite acceder a este entorno tanto a pie como en vehículo. Playas abiertas al mar, ha continuado el Delegado, quien recuerda que los acantilados han permanecido intactos, preservando así un espacio virgen.

 

 

Críticas de la Ciudad Autónoma

El delegado del Gobierno, a preguntas de la periodista, entiende que las críticas de la Ciudad Autónoma y del PP son “infundadas”, puesto que el proyecto, que hoy es una realidad, es el mejor que se ajusta a las necesidades de Melilla, no admitiendo ningún tipo de comparación con el proyecto que intentó en su momento el PP que, recuerda, nunca fue aprobado por el Gobierno de José María Aznar.
Las grandes diferencias con aquella idea, explica Escobar, es que con el proyecto del PP había que irse hasta Rostrogordo, bajar a Aguadú y luego a las playas que, además, eran artificiales y enfrentadas a dos grandes muros de hormigón que impedía ver el horizonte marino con el agravante, además, de la destrucción de los acantilados. Por el contrario, prosigue, “aquí se ha conseguido un espacio natural, abierto al mar”. No entiende tampoco el representante del Gobierno de España en Melilla que el PP critique que la playa de Horcas está limitada ante la presencia de una zona de seguridad militar cuando la existencia del polvorín de Horcas era de sobra conocida y afectaba mucho más al proyecto que nunca aprobó el Gobierno Aznar que al actual, puesto que la carretera que se pretendía construir pasaba justo por esta zona de restricción. Una característica, por tanto, que implicaba, de hecho, la imposibilidad de utilizarla.

Colaboración de la Ciudad

El delegado del Gobierno considera que, una vez que el Ministerio de Medio Ambiente ha cumplido con su parte mediante una fuerte inversión superior a los 16 millones de euros, es ahora la Ciudad Autónoma la que tiene que desarrollar la suya con la instalación de los saneamientos, la limpieza de las playas y la dotación de medidas de seguridad, que son, precisamente, las funciones que de su competencia. En este sentido, ha recordado que la Delegación del Gobierno le ha dado todas las facilidades a la Administración Local, comunicándole ya en febrero, y después en marzo en el transcurso de una reunión oficial, que las playas se abrirían al uso público en junio con la intención de que dispusiera del tiempo suficiente para la instalación de los servicios oportunos. Considera por último, que en este tema lo que se debería mantener es “un espíritu de diálogo y colaboración” entre las instituciones en beneficio de los ciudadanos.
Al margen de todo esto, Escobar pide a los melillenses que “vayan a la playa y la vean” y juzguen por ellos mismos.