Abel Losada da la voz de alerta delante del impacto de las estafas con criptomoedas, que el año pasado superaron los 3,2 millones de euros en la provincia

Abel Losada da la voz de alerta delante del impacto de las estafas con criptomoedas, que el año pasado superaron los 3,2 millones de euros en la provincia

26/03/2025

El subdelegado destaca la transversalidad de estos timos, que afectan por igual al urbano y al rural y la personas con diferentes capacidades económicas y de todos los niveles de formación
 Las estafas denunciadas durante el año pasado vano de los 248 euros de la más pequeña hasta los 356.000 euros de la más abultada


Pontevedra, 26 de marzo de 2025.- El subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada, advierte de los peligros de las inversiones en criptomoedas y da la voz  de alerta una vez que las cifras de las comisarías de la Policía Nacional y de la Comandancia de la Guardia Civil de la provincia demuestran que las ciberestafas con esta modalidad alcanzaron los 3.235.679 euros a lo largo del año pasado. Un total de 117 personas fueron engañadas por los @delincuente y perdieron su dinero.


Losada también advierte de que los datos provisionales de lo que va de año demuestran que el impacto de esta delincuencia especializada no deja de crecer, por lo que considera necesario alertar a la población de los riesgos de confiar en asesores, agencias o falsos “brokers” online sin lo debido asesoramiento y sin ninguna garantía. “Están llegando muchas denuncias de personas que, una vez que pierden su dinero, viene como se les reclaman pagos adicionales para recuperar su inversión y vuelven a ser estafadas”.
El subdelegado considera que es un fenómeno extremadamente preocupante porque afecta a personas del rural y del urbano, la gente con capacidades económicas muy distintas y mismo la personas de todos los niveles de formación académica o profesional. “Los responsables policiales dicen que estamos delante del “timo de la estampita” del siglo XXI porque se ofrecen altísimas rentabilidades de manera casi inmediata en un “negocio seguro” y, por increíble que parezca, sigue funcionando”.


Los datos evidencian que la estafa de menor importe en la provincia fue de 248 euros y se produjo en la ciudad de Pontevedra y la más elevada alcanzó los 356.000 euros y fue recogida por la Guardia Civil. No obstante también hay cinco denuncias en la provincia por importe superior a los 100.000 euros. El subdelegado lamenta que hay denunciantes que informan de que tienen perdidos todos sus ahorros, por lo que insiste en la prudencia antes de lanzarse la este tipo de inversiones.


La Guardia Civil recogió un total de 59 denuncias y registró la pérdida de un total de 1.647.186 euros en la provincia. En la Comisaría de la Policía Nacional de Pontevedra se registraron 30 denuncias y un volumen de 573.452 euros estafados. En la Comisaría de Vigo-Redondela, un total de 853.941 euros y 20 denuncias. En la Comisaría de Vilagarcía se presentaron 7 denuncias por un importe de 148.000 euros. Finalmente, en la Comisaría de Marín se registró una denuncia por valor de 13.100 euros.
El “modus operandi” es una captación inicial en la que los estafadores contactan con las víctimas a través de las redes sociales, correos electrónicos, anuncios publicitarios o llamadas telefónicas en las que se presentan como “brokers”, asesores financieros o representantes de plataformas legítimas. Utilizan identidades falsas y prometen siempre alta rentabilidad con bajo riesgo, advierte Abel Losada, quien subraya que en muchas ocasiones las personas estafadas son convencidas de que no pueden dejar escapar una “ocasión única”.


Los ciberdelincuentes suelen pedir una primera inversión de cuantía modesta y solicitan los datos personales del inversor, simulando procesos legítimos. A continuación informan de ganancias ficticias para generar confianza. Las víctimas al ver su inversión crecer se sienten motivadas y entregan más dinero. Mismo se crean portales web con gráficos manipulados y testigos falsas de inversores de éxito para seguir generando confianza. Creado este vínculo se anima las víctimas a aumentar la inversión, prometiendo mayores beneficios.


Cuando la víctima pretende recuperar su dinero comienzan las excusas, se bloquean los fondos alegando problemas técnicos o mismo solicitando pagos adicionales en concepto de comisiones o impuestos, pagos adicionales que, en muchas ocasiones, se realizan. Finalmente, se corta el contacto y los estafadores desaparecen sin dejar rastro.