Trescientas personas se concentraron en Santander en repulsa por los asesinatos de ETA

Las autoridades asistentes a la concentración en primer plano

31/07/2009

Tambien hubo protestas silenciosas en los principales ayuntamientos de la región


Unas trescientas personas se han concentrado esta mañana en la Plaza Porticada de Santander para condenar el atentado cometido ayer por ETA en la localidad mallorquina de Calviá, en el que perdieron la vida los guardias civiles Diego Salva Lezaun y Carlos Saénz de Tejada García.

La concentración ha estado presidida por el jefe del Ejecutivo cántabro, Miguel Ángel Revilla; el delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez, y el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna,  y concluyó tras cinco minutos de silencio con aplausos y gritos en favor de la Guardia Civil.

Antes de la concentración se ha celebrado un pleno extraordinario en el Ayuntamiento de Santander en el que el equipo de gobierno del PP y los dos grupos de la oposición (PRC y PSOE) han acordado condenar el atentado de ETA y expresar su profundo pesar a la familia y amigos de los fallecidos.

También han traslado su solidaridad a las ciudad de Mallorca, así como a las de Burgos y Pamplona, de donde eran originarios los guardias civiles asesinados.

Además han mostrado su "firme y leal reconocimiento" hacia todo el cuerpo de la Guardia Civil y han expresado el convencimiento en que la aplicación estricta de la ley , la actuación independiente de la justicia y la eficacia policial son los "instrumentos decisivos" para derrotar a ETA y acabar definitivamente con el terrorismo.

Finalmente, han hecho un llamamiento a los ciudadanos para que se mantengan unidos contra el terrorismo, no permanezcan indiferentes ante la barbarie etarra y participen en cuantos actos se convoquen para mostrar su repulsa a ETA.

A la misma hora se han celebrado concentraciones a las puertas de los principales ayuntamientos de Cantabria, como el de Torrelavega, donde en el Bulevar Demetrio Hererra se concentraron unas doscientas personas, o el de Camargo a las puertas de cuya consistorial se reunieron un centenar.