Segura: “La violencia psicológica es invisible pero tiene consecuencias devastadoras en las mujeres”
05/11/2021
• Se ha proyectado en el Kursaal el corto ‘Es violencia’, con María Vilches y Nacho Guerreros, que aborda el maltrato invisible
“La violencia psicológica es “invisible” pero tiene consecuencias devastadoras en las mujeres y los menores que la sufren, puede causar en la víctima trastornos psicológicos, desestructuración psíquica, agravar enfermedades físicas o, incluso, provocar el suicidio”.
La Jefa de la Unidad Contra la Violencia de Género de la Delegación del Gobierno de Melilla, Laura Segura, ha presentado el cortometraje ‘Es Violencia’ de Cheres Machado, protagonizado por María Vilches y Nacho Guerrero, que se ha proyectado esta tarde en el Teatro Kursaal.
Al estreno del corto han asistido la Delegada del Gobierno, Sabrina Moh; la Consejera de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad, Elena Fernández Treviño; la Consejera de Políticas Sociales, Salud Pública y Bienestar Animal, Francisca García Maeso; la decana de la Facultad de Ciencias de la Educación y del Deporte del Campus Universitario de Melilla de la UGR, Lucía Herrea; o la Jefa de la Unidad de Programas Educativos (UPE) de la Dirección Provincial de Educación, María Victoria Menchacatorre, entre otras autoridades.
Tal y como ha explicado la responsable de la Unidad, la violencia psicológica “siempre acompaña a las otras formas de violencia de género que sufrimos las mujeres en el ámbito de la pareja o expareja como son la física o la sexual”. De hecho, “puede ser el primer peldaño de la escalada de violencia, y en muchos casos tiene entidad y produce consecuencias destructivas por sí misma, pudiéndose dar independientemente de otras agresiones”, ha aseverado.
Sin embargo, a diferencia del maltrato físico, “es difícil de percibir, detectar, valorar y demostrar y además es una violencia que está disimulada bajo patrones y modelos culturales y sociales que la ocultan”, ha advertido.
“Se deshumaniza, se ignora y se atemoriza a la mujer a través de actitudes, gestos, palabras, golpes y silencios, con el fin de conseguir el control, minando la autoestima de la víctima, produciendo un proceso de desvalorización y sufrimiento continuado”, ha explicado, y ha asegurado que “se busca la dominación, la sumisión y se actúa desde la necesidad de la demostración del poder por parte del agresor”.
Maltrato sin parte de lesiones
En palabras de Segura, la atención a la violencia psicológica es fundamental porque, en muchos casos, las expresiones de maltrato emocional son previas a las físicas, y la emergencia de indicadores de violencia psicológica, se considera una señal de alarma de aparición de cualquier tipo de violencia. De ahí, ha agregado, que sea imprescindible entender la violencia psicológica para reconocerla.
Una violencia psicológica que según la Macroencuesta de 2019 ha sufrido el 31,9% de las mujeres de más de 16 años en nuestro país, una violencia que han sufrido 6.517.062 mujeres y que en los últimos 12 meses dicen sufrirla el 10,6% de las mujeres, más de 2 millones de mujeres.
“Un maltrato sutil que se construye a lo largo de un extenso período de tiempo y que no deja marcas físicas visibles, ni se puede demostrar con un parte de lesiones”, ha señalado, pero no solo eso, ha apuntado que la víctima, en la mayoría de las ocasiones, no es consciente de que la sufre. Y eso a pesar de que la violencia de género no afecta únicamente a la mujer, sino que también tiene repercusiones importantes sobre los hijos e hijas, o sobre otros menores que vivan en el hogar.
En su intervención, Laura Segura ha explicado que se trata de una de las formas que adopta la violencia de género menos conocidas y que, a su vez, tiene un tratamiento muy difícil en los juzgados por lo que en muchas ocasiones se ejerce con total impunidad.
Y por todo ello, ha apostillado, es importante denunciar este tipo de violencia pero también es clave conocer el estado de la víctima y decidir cuál es la prioridad. “Que una mujer llegue a interponer una denuncia por violencia psicológica sin estar preparada, puede ser contraproducente, porque puede acabar retirando la denuncia o sufriendo una revictimización secundaria -la que sufre en el proceso penal- o terciaria -la que sufre en su propio entorno- más agudas y para la que no está preparada", ha expuesto.
Por ello, ha apuntado que el coste personal y emocional “es tremendo” y que las víctimas “tienen que saber que el proceso va a ser largo y costoso emocionalmente”. "El primer paso es darse cuenta de que eres víctima. El segundo es el entorno, que tu familia, tus hijos o tus amistades te apoyen. Y por último, las instituciones deben entender que primero se tiene que apoyar y ayudar a la víctima, que necesitará un proceso antes de poder denunciar, y debemos poner a disposición de las mujeres que estén sufriendo violencia todos los recursos, independientemente de que se haya interpuesto o no denuncia”, ha relatado.
Dado que la denuncia, ha agregado, “no puede ser la única puerta para la salida de la violencia y, si es la puerta, no puede recaer también sobre la espalda de la mujer que la sufre”.
Performance, vídeo y debate
Antes de la proyección del cortometraje, María Vilches y Marina Requena han realizado una performance en el que se ha representado el impacto que una persona tiene en su proyecto vital al ser víctima de la violencia psicológica por parte de su pareja.
Y, dado que no ha podido estar presencialmente en el estreno del corto, el actor protagonista del mismo, Nacho Guerrero, a través de la proyección de un vídeo, ha querido estar presente en la jornada de hoy, en el que ha mostrado su compromiso en la lucha contra la violencia de género.
Tras la proyección del corto se ha llevado a cabo una mesa redonda sobre violencia de género psicológica, moderada por Segura, y en la que han participado la Consejera de Educación, Cultura, Festejos e Igualdad, Elena Fernández Treviño; la psicóloga del Programa de Mujeres en Dificultad Social de Cruz Roja, Inmaculada Pérez López; y la responsable de la ONG Save The Children en Melilla, Zineb Emrane Chkara.