El Instituto Geográfico Nacional considera a La Rioja zona sísmica de mínimo riesgo.

El Instituto Geográfico Nacional considera a La Rioja zona sísmica de mínimo riesgo.

11/04/2011

§ El Director del Servicio Regional del IGN considera casi imposible la producción en La Rioja de un seísmo de la magnitud del de Japón.

§ La zona de mayor actividad sísmica en nuestra Comunidad Autónoma se localiza en  la Rioja Baja.

§ El pasado mes de enero se produjeron dos movimientos, con magnitudes de entre 1 y 2 grados en la escala Richter, con epicentros en Zarzosa y Cornago.
El Director del Servicio Regional del Instituto Geográfico Nacional, José Miguel González Placer, puntualiza que La Rioja constituye una zona de escasa sismicidad, en la que resultaría casi imposible la producción de un seísmo de la magnitud del ocurrido en Japón. En cualquier caso, los movimientos leves sí se producen con bastante frecuencia, según evidencian los sistemas de detección de que dispone el IGN en la zona en la que se ubica La Rioja, sin que sean percibidos por las personas. Para que esta percepción se produzca, el movimiento sísmico debe superar los tres grados en la escala Richter. Inferiores a esta magnitud, y, por tanto, sólo detectados con instrumentación, se han producido en los últimos cinco años movimientos hasta en catorce ocasiones, en Ajamil, Ventrosa, Grávalos, Laguna de Cameros, Viguera, Tirgo, Aguilar del Río Alhama, Muro de Aguas e Igea. Hay que resaltar que en el pasado mes de enero se produjeron dos movimientos en La Rioja, con magnitudes deentre 1 y 2 grados en la Escala Richter, cuyos epicentros se localizaron en Zarzosa y Cornago, según datos sismológicos obtenidos de la Página Web del IGN, ign.es.
A pesar de todo, las estadísticas del Instituto Geográfico Nacional  confirman que en La Rioja, también se registran temblores telúricos de intensidad suficiente como para ser percibidas por los ciudadanos. El mayor terremoto en La Rioja del que se conservan registros se produjo en 1817, y tuvo su epicentro en Arnedillo. Se calcula que su intensidad fue de entre 6,1 y 6,9 grados en la Escala Richter, y la localidad más afectada por los daños fue Préjano, en donde sólo quedaron en pie un 8 por ciento de los inmuebles. Le siguen en importancia el temblor ocurrido en 1929, con epicentro en Turruncún, con una intensidad de 5,1, y  el que se produjo en 1961 en Aguilar del Río Alhama, cuya intensidad fue de 4,6 grados en la referida Escala Richter.
González Placer explica que el hecho de que la mayoría de los movimientos registrados en nuestra Comunidad Autónoma se hayan producido en La Rioja Baja, se debe a que, en esa zona la estructura de la corteza tiene unas características especiales que hace que se dé un mayor riesgo sísmico. Las formaciones orográficas de la región responden a plegamientos y, por lo tanto, pueden tener mayor o menor actividad sísmica. Una prueba de ello son las afloraciones de aguas termales en el entorno de Arnedillo, propias de las zonas en donde existe una cierta actividad telúrica. En cualquier caso, la probabilidad de que un movimiento de estas intensidades se produzca a medio plazo en la región son más bien bajas.
Para el control y registro de estos fenómenos telúricos, el Instituto Geográfico Nacional dispone de la llamada Red Sísmica Nacional, que funciona en tiempo real y que permite localizar el epicentro, la profundidad y la intensidad de un posible terremoto. Para completar esta red en la región, con la construcción de la Presa de Enciso, el IGN colaborará en la  instalación de una Red Sísmica Regional, que estará compuesta por cuatro estaciones, en Enciso, Jubera, Grávalos y Santa Cruz de Yanguas (Soria), y que vigilará con detalle el subsuelo de la zona.
El Director del Servicio Regional del IGN  recuerda la vieja Estación de Control de La Rioja, ubicada en las proximidades del Pantano de La Grajera, y que fue necesario suprimir, por cuanto su proximidad a la carretera nacional distorsionaba los datos recogidos, ya que la especial sensibilidad de los sismógrafos puede confundir el paso cercano de un gran camión con un pequeño movimiento sísmico. En consecuencia, los Centros de Control deben estar ubicados en lugares especiales, con terrenos estables y alejados de infraestructuras y núcleos de población. Todo ello, para evitar la producción de interferencias e indicaciones falsas, lo que en leguaje profesional se conoce como “ruido”. FAC.