“El terror a portada. 60 años de terrorismo en España”.
Intervención del delegado del Gobierno, Denis Itxaso.

05/03/2021

Podría ser éste el título de una serie de ficción de una plataforma de televisión cualquiera sobre una distopía imaginada. Pero nada más lejos de la realidad. Se trata de noticias llevadas a la portada de los diarios. Es información en toda su crudeza. Son hitos de la historia de un sinsentido criminal que tiñó de sangre inocente las calles y plazas de nuestro país.

Como escribe José Antonio Guerrero reivindicando el periodismo de una forma admirable, “frente a sus ríos de sangre, nuestros ríos de tinta convertidos en páginas de historia”. Es esta una hermosa metáfora que define perfectamente la contradicción entre vida y muerte, entre guerra y paz, entre ley y crimen, entre verdad y manipulación, entre información y manipulación.

A lo largo de esta exposición, en su recorrido cronológico entre portada y portada, nos encontramos ante la desgarrada imagen de un país que se desangraba ante los zarpazos del terrorismo; ante la rabiosa actualidad sin edulcorantes ni aditamentos.

Se trata de periodismo en estado puro que ofrece testimonio y verdad a sus lectores. Así, repasar las portadas que nos brinda Vocento en esta Exposición hace que la hemeroteca nos devuelva, como en un regreso al pasado, a aquel universo de crimen en el que Euskadi, en el que España, estuvo sumergida durante tantos años.

Las imágenes nos devuelven la imagen desoladora del dolor; también la heroica respuesta ciudadana; la connivencia con el terror en muchas ocasiones; la indiferencia para con el dolor ajeno; la rabia por los compañeros caídos; la montaña de podredumbre moral que facilitó el crecimiento del mal.

Por ello, esta exposición impacta, como el pulso que golpea las tinieblas de Gabriel Celaya. Y es de todo punto relevante, porque despabila a aquellos espíritus que sestean y que, complacidos hoy, pretenden que la amnesia oculte plácidamente la realidad y de paso a la construcción de relatos acomodaticios.

Cualquier tentación de ocultar los hechos, de deformar la realidad, choca frontalmente con esta muestra informativa e histórica, con este relato construido desde los hechos, desde la verdad, desde la información veraz.

Visto con la perspectiva actual, conquistada la paz tras tantos años de muerte y destrucción, las  portadas periodísticas desencadenan en nuestro interior un conflicto entre el sueño y la pesadilla; entre el pasado de violencia y el presente en paz; entre lo que fue y lo que será; entre quienes quedaron por el camino, y quienes sobrevivimos al terror para dar testimonio del mal que asoló la tierra. Ese mal que narcotizó las conciencias de quienes soportaron el dolor ajeno mirando para otro lado, como si aquello no fuera con ellos.

La prensa, el periodismo, pagó un alto precio por la defensa de los valores de la vida y de la libertad en esta larga marcha hacia la paz. El sacrificio fue absolutamente injusto, pero no fue en vano. Porque el tenaz testimonio de la prensa libre ejerce de muro de contención frente a revisionismos que, incapaces de asumir la vergüenza de su actitud cuando silbaban las balas, tratan hoy de perpetrar relatos que nunca existieron.

Hay quien pretende dulcificar la realidad, maquillar los hechos. Un mero repaso a esta exposición echa por tierra las burdas pretensiones de intentar novelar la historia, de ficcionar la verdad, de alterar los hechos, de paliar la crudeza de la muerte bajo argumentarios interesados y falaces.

Precisamente por eso, esta exposición resulta tan necesaria y tan didáctica. Porque sólo la verdad nos hace libres. Por eso el compromiso con la verdad, con la información veraz, acreditado por el Grupo Vocento resulta a la vez imprescindible y reparador.

Quiero agradecer, como Delegado del Gobierno en el País Vasco, vuestra aportación y vuestro compromiso con el periodismo como herramienta para construir una sociedad decente que sea capaz de mirarse en el espejo de la historia. De nuestra historia.

Quiero agradecer también a Florencio Domínguez y a su equipo humano del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo por su empeño diario y por su inquebrantable compromiso con la verdad. También a la Fundación de Víctimas del Terrorismo por enseñarnos que pese al inmenso dolor vivido, pese a las heridas aún sin cicatrizar, la verdad se abre camino.

A Maite Pagazaurtundua, gracias por su ayuda y su solvencia, siempre necesarias.

Gracias a todos por estar aquí y hacer posible este anhelo de paz y reconciliación desde la verdad, por dolorosa que esta nos resulte.